Tengo un sueño, en realidad muchos, pero uno en especial y
muy recurrente…
Carlos y Jorge, dos jóvenes serenenses que desde hace un par de años se
dedican al desarrollo de juegos, acaban de superar el millón de descargas en uno
de sus juegos para smartphone y lideran el top 10 de este tipo de aplicaciones en
Chile. Por otro lado, Cristian y Carlos, creadores de una plataforma de reserva
de alojamientos informales lograron levantar capital de riesgo de un inversionista
de Santiago y afinan su estrategia de escalamiento a Latinoamérica. Finalmente Fernando,
un joven estudiante de un instituto local y fundador de Moraleja Games, se
encuentra desarrollando un juego en plataformas 2D para niños de 7 a 12 años y acaba de ser becado por PlayStation en su
programa PlayStation®Mobile Developer.
Los tres casos anteriores son
ejemplos reales de emprendedores locales
que están luchando por llevar sus startups más allá de lo que normalmente
aspira un emprendimiento local, en palabras de un destacado mentor nacional son
pequeñas nuevas empresas que nacieron para crecer y que lucharán por ofrecer
valor a millones de personas en el mundo. Hace un tiempo tuve la oportunidad de
conversar amenamente con Andrés Barreto, cofundador de Grooveshark, un potente motor
de búsqueda y recomendación de música online que permite a los usuarios buscar
y subir música de forma libre y gratuita. Grooveshark tiene un flujo de 100
hasta 110 millones de canciones al mes, además de 35.000.000 de usuarios
registrados. En abril de 2009, su audiencia creció a un ritmo del 2 o 3% por
día. Andrés es colombiano y actualmente reside en Nueva York, y mientras nos
contaba su historia como emprendedor y como nació Grooveshark no dejó de
llamarme la atención el hecho de que esta plataforma no se creó en San
Francisco, Nueva York, Tel-Aviv o Santiago, nació en Gainesville, una pequeña
ciudad ubicada en el condado de Alachua en el estado estadounidense de Florida
y cuya población apenas sobrepasa los cien mil habitantes.
Es cierto que muchas veces las metrópolis
ofrecen ventajas muy atractivas para aquellos emprendedores que están pensando
sus negocios de forma global: mejor conexión, mejores redes de contacto y mejor
infraestructura, entre otros. Pero así como Andrés y sus amigos lograron
desarrollar Grooveshark en un pequeño pueblo de un estado conocido por diversas razones pero no precisamente
por su desarrollado ecosistema de emprendimiento, creo que también es posible pensar en que La Serena y
Coquimbo, con sus casi 40 mil estudiantes y sobre 30 instituciones de educación
superior, puedan seguir el camino de ciudades como Medellín en Colombia, que no
siendo capital se alza como una de los centros startup de Latinoamérica.
Esta semana leí sobre otro caso, el de Manizales, también en Colombia y en donde
la ciudad completa está embarcada desde hace casi dos años en un esfuerzo común
para mejorar su ecosistema de emprendimiento dinámico. Esta iniciativa se
denomina Manizales Más y participan activamente el gobierno regional, universidades,
empresas, fundaciones, y una potente alianza con Babson College, la escuela
número uno en la enseñanza del emprendimiento en el mundo. La invitación que la
ciudad le hace a sus habitantes y también a emprendedores de Latinoamérica es a
creer en la ciudad y su potencial: Una ciudad universitaria y joven, reconocida
como una ciudad que acoge a los buenos negocios y una ciudad top en calidad de
vida según mediciones a nivel país. ¿Alguna similitud con La Serena y Coquimbo?
Claro que sí! Excepto en que acá no nos hemos puesto de acuerdo en nada de lo
que Manizales sí.
Existe un incipiente grupo de emprendedores
locales que tienen hambre y ganas de conquistar el mundo desde la región
estrella y desde el sector público y privado debemos estar a la altura de sus
sueños porque finalmente la concreción de esos sueños podría, tal vez en un
futuro no muy lejano, cambiar por completo nuestra realidad y de paso alcanzar
uno de mis sueños recurrentes: que La Serena y Coquimbo se conviertan en las
ciudades Startup de Latinoamérica por excelencia. La tarea es difícil pero
nuestros jóvenes emprendedores ya la comenzaron.
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